lunes, 11 de noviembre de 2019

Querido 2030...

Última entrada que corresponde al máster... ¿cómo será la educación en el futuro? Sin ir más allá, esta entrada trata de reflexionar cómo será la educación en 2030, cómo cambiará en tan solo diez años. Lo mismo es decir, analizar qué ha cambiado desde que empezamos (en mi caso justo diez años) la secundaria hasta ahora.

¿Dónde estaré yo en el 2030? Con suerte, seré el último mono con plaza fija de un instituto de Castilla y León. De esta manera, comenzaría a acomodarme a las costumbres de este e intentar tratar de ser una buena compañera, además de ejercer la profesión de docente. He comenzado por este punto porque veo muy importante que exista una buena relación entre el claustro de profesores y eso es lo que voy a intentar, si, suena muy utópico... pero que no falte. Me gusta pensar, como bien dijo Rousseau: "el hombre es bueno por naturaleza"

Con esta cita, uno de los cambios que me gustaría que existieran, es la extinción de los juicios de los profesores frente a los nuevos alumnos. Que los profesores esperaran mucho de todos, así se esforzarían por todos y no se centrarían en dar solamente el temario, sino en crear un clima de convivencia en clase y que aprendieran las capacidades de vivir en comunidad y a ser uno mismo. También me gustaría remarcar que espero que las familias tomen conciencia de la importancia de la educación, que dejen un tiempo para dedicárselo a sus hijos y valoren la profesión docente.
ACTUALMENTE, EMPEZAR LA CARRERA DE DOCENTE, ES ADENTRARTE A LA JUNGLA.
Resultado de imagen de JUNGLA COMO CLASE DE INSTITUTO

Por último, me gustaría decir que todos los colegios iban a poder mejorar sus instalaciones, que serían más tecnológicas, más ecológicas, usar menos papel...etc. Pero eso necesita un impulso de la Administración pública, y no tiene pinta de que ese impulso sea antes de 2030... la inversión en educación va a seguir estancada, y con ello todo lo relacionado.

Resultado de imagen de niño estudiando de una tablet
Pero si, que no cunda el pánico, seguramente las familias estén en la obligación de comprar una tablet por hijo para que puedan llevar a clase los libros informatizados (los cuales también tendrán que comprar); ya existe un cierto porcentaje de centros de secundaria que realizan esta práctica (la mayoría son centros concertados). Pero tristemente, esto no es más que un avance tecnológico que lo único en lo que influye es en la reducción de peso de las mochilas, cosa que es de agradecer.
En mi humilde opinión, puede que los cambios sean más llamativos de aquí al 2050.

En conclusión, los cambios solo serán tecnológicos y con suerte los futuros docentes conseguirán su uso para hacer de la escuela un sitio atractivo, dónde los adolescentes vayan contentos y por su voluntad de querer aprender.